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La Picasa dejó de ser un polo turístico por la caída en la pesca del pejerrey

lunes, 12 de febrero de 2024

Tras la pandemia, el pueblo San Gregorio se convirtió en un lugar de encuentro de pescadores de todo el país. Hoy la realidad es distinta.Carlos Por Carlos Walter Barbarich   12 de febrero 2024·

06:30hs

San Gregorio dejó de ser un polo turístico por la pesca del pejerrey y ahora espera que vuelva el pique

Supo conocer las mieles del éxito turístico como pocas localidades del sur santafesino. No fue de la mano de un paisaje montañoso o de playa. Tras la pandemia, San Gregorio experimentó un boom como consecuencia de la pesca del pejerrey en la laguna La Picasa. Se construyeron decenas de cabañas que alquilaban a los turistas. Los fines de semana era imposible encontrar un lugar para comer y los almacenes trabajaban a destajo al igual que la mayoría de los comercios. Hoy la realidad es totalmente distinta ya que la falta de pique y las restricciones para extraer pejerrey del espejo de agua alejaron a los visitantes.

 

Uno de los titulares de cabañas de la localidad y dueño de lanchas de embarcación, Fernando Pedrocco, explicó que "San Gregorio pospandemia tuvo un crecimiento exponencial en la actividad económica, originada en principio por el fuerte empuje que trae una empresa agropecuaria radicada en la zona rural (por Adecoagro), además de la ejecución de tres obras muy importantes como es el Jardín de infantes, la red cloacal y un barrio de 39 viviendas".

 

población. Por otra parte el boom turístico que genera la pesca deportiva convirtió inusualmente al pueblo. No solamente agropecuario sino que pasamos a ser también prestadores de servicios turísticos. Se construyeron complejos de cabañas, hoteles, casas particulares se convirtieron en alojamiento para pescadores. Todo esto le dio un fuerte impulso económico para nuestra localidad".

Jesús Molina es pescador y fileteador desde hace unos años aunque siempre estuvo vinculado a la actividad agropecuaria. Solo que con el boom del pejerrey probó suerte en esa actividad y le fue muy bien mientras abundaba el pejerrey. "Hoy prácticamente no hay pejerrey o mejor dicho no hay pique. Lo que sí hay son carpas. Nosotros estamos dedicados a la pesca de la carpa en esto momentos".

 

"Prácticamente no hay pejerrey o mejor dicho no hay pique. Lo que si hay son carpas", dijo el pesacador sangregoriense Jesús Molina.

Héctor Pérez fue uno de los propietarios de uno de los pesqueros pero dice que ya no tine más nada que ver con esa actividad. "Lo que si te puedo decir es que en estos momentos no hay pique. No es que no haya pejerrey sino que lo que sucede es que no salen y eso hace que la gente no venga a esta zona", dice. En efecto, todos se quejan de la falta de pique aunque la situación de La Picasa no es tan grave como en otros espejos de agua que directamente se secaron.

Sequía, falta de pique del pejerrey y una ordenanza de un pueblo vecino (Diego de Alvear) atentaron contra el desarrollo turístico de San Gregorio

Boom turístico

Pedrocco contó que como consecuencia del boom turístico desde finales de 2021 "se invirtió en la compra de embarcaciones, muchas familias encontraron en el fileteado del pejerrey una fuente de trabajo. Además los locales de comida, como bares y conserjerías de clubes veían colmadas sus instalaciones de pescadores. Los comercios de comestibles, las farmacias y de venta de combustibles también tenían un flujo de gente continuo".

"Hoy todo lo que te contaba sobre la bonanza post pandemia no existe ya que por una ordenanza comunal de Diego de Alvear primero y una Resolución Ministerial de la provincia a posteriori, se prohibió la pesca deportiva en el ámbito de la laguna durante los días de semana, dejándola solamente para fines de semana y feriados Nacionales. Esta resolución hizo que mucha gente, no pudieran venir más a pescar", contó Pedrocco.

Agregó que "tenemos que sumar la sequía del año pasado que también afectó la pesca deportiva y que por tal motivo hoy dejamos de ser un pueblo turístico y volvimos a ser un pueblo rural, que estamos esperando la cosecha para ir subsistiendo. En cuanto a las inversiones en infraestructuras para recibir a los pescadores, quedaron hechas y a la espera que en algún momento se revierta la situación, y San Gregorio, vuelva a ser un polo turístico regional".

¿Enemigos íntimos?

Las dos localidades en cuestión, Diego de Alvear y San Gregorio están sobre la vera de la ruta provincial 14. Diego se encuentra a 95 kilómetros de Venado Tuerto y tiene algo más de 2 mil habitantes. San Gregorio, con algo más de 4.500 habitantes está a 86 kilómetros. Es decir son dos localidades vecinas y hermanadas por una cuestión histórica. Las dos pertenecen al departamento General López y están ubicadas en el extremo sur de Santa Fe; al límite con la provincia de Buenos Aires.

Más allá de la rivalidad futbolística, cosa que sucede en la mayoría de los pueblos vecinos, la gente de ambos pueblos interactúa pacíficamente desde siempre. La disputa territorial en torno a la pesca del pejerrey dividió un poco las aguas entre los habitantes. Pero lo cierto es que los une una historia en común que excede ese hecho protagonizado años atrás.

Los fileteadores del pejerrey encontraron esa tarea, inusual hasta 2021, un poco de alivio a sus alicaídas arcas familiares.

Guerra del Pejerrey

El conflicto que mantuvo en vilo a las dos localidades (San Gregorio y Diego de Alvear) tuvo que ver con el hecho de que los dos pesqueros (lugares de embarcación) pertenecían a empresarios de San Gregorio además de uno que era de Venado Tuerto y desde esos lugares (ubicados en el distrito de Diego de Alvear) se organizaban y trasladaban a pescadores de caña. Esto generó la bronca de los pescadores de red de Diego de Alvear ya que sostenían que estaban depredando la laguna ya que centenares de lanchas copaban La Picasa.

Desde Diego de Alvear el mandatario comunal Daniel Sagardia sostenía que "decenas de familias viven del pejerrey mediante la pesca con red o pesca comercial". Fue tal el conflicto que tuvo que lidiar la provincia. En Diego de Alvear sus pescadores sostienen que la laguna está en el distrito de esa localidad y hasta incluso los dos pesqueros que operaban embarcando a centenares de turistas los fines de semana pertenece a Diego".

Conclusión se establecieron restricciones en la pesca ya que no se podía sacar más de quince unidades por persona. Esta situación, sumado a la sequía y la falta de pique, ahuyentó a los turistas que los fines de semana copaban San Gregorio ya que esa localidad estaba más preparada para recibir visitantes mientras que en Diego de Alvear la capacidad hotelera, de cabañas o de restaurantes es mucho menor.

 

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Tras la pandemia, el pueblo se convirtió en un lugar de encuentro de centenares de pescadores de todo el país. Hoy la realidad es distinta.

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